domingo, octubre 23, 2005

El trabajo


Trabajo, chamba, etc. Día con día es necesario cumplir con ese requisito, que a veces puede llegar a ser muy monótono y frustrante.

Pensemos en un jefe de familia que debe salir de su casa de lunes a viernes para cumplir con esa labor, y de esta manera poder llevar el sustento diario a su familia, de lo contrario sería un fracasado, y tendría que renunciar al sueño de tener un hijo con un título universitario, lo cual le hará sentirse orgulloso, y saber que su hijo ha logrado hacer más de lo que el padre ha hecho.

Esto puede sonar muy hermoso, pero tiene un gran precio, este hombre tendrá que sacrificar miles de valiosas horas de su vida sentado en una oficina detrás de un escritorio, horas que bien pudo haber empleado para convivir con su hijo, el niño sabrá que tiene un padre, ya que lo verá llegar por las noches cansado y listo para entregarse a dormir, crecerá con la idea de un padre espontáneo, por lo que la madre acaparará la mayor parte (si no es que toda) su atención, se le dará mayor importancia al día de la madre que al del padre, de igual manera sucederá con los cumpleaños de ambos, y él, el hombre que se ha estado matando en el trabajo, será relegado a un segundo o hasta un tercer término, esa la ley de la vida moderna. No siempre será de esta manera, pero muchos casos como este existirán, no podemos hacer nada al respecto, es un ciclo condenado a repetirse una y otra vez, lo único que nos queda es poner de nuestra parte un granito de arena, para que los niños realmente tengan un padre, y no la imagen de aquel ser represor que crean muchas madres con el simple hecho de decirle al niño: ¡Ya verás cuando llegue tu padre!, es mil veces mejor el tener un padre que sea un amigo, a un carcelero represor que sea un padre.

Ya sé que tal vez esté algo loca esta explicación, pero era innevitable el darla cuando hacemos referencia a el trabajo y el jefe de familia.

Prometo ya no ser tan chorero en un futuro, je.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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